Desde sus raíces en Cali, Colombia, hasta su vida en Nueva York, Fanór está impregnado de una pasión innata por la música y un deseo profundo de perseguir sus sueños. Después de años de espera, este talentoso artista ha decidido dar un giro audaz en su carrera, apostando por sí mismo y por el amor a la salsa.

Infancia y Primeros Pasos en la Música:

Fanór Jair Díaz, nació el 25 de Agosto de 1969 en Cali, Colombia, en el pintoresco barrio Alfonso López. Proveniente de una familia de farmacéuticos, su infancia estuvo impregnada de la riqueza cultural y musical de su entorno. Desde temprana edad, mostró un talento innato para la música, siendo capaz de captar melodías y ritmos con facilidad.

A los 9 años, Fanór ya revelaba una inclinación notable hacia el arte musical. Se hacía preguntas sobre cómo alcanzar diferentes notas y qué significaba la armonía, mostrando una curiosidad insaciable por el mundo de la música. Las primeras canciones que intentó cantar de niño fueron «Tiré tu Pañuelo al Río» y «Lloran los Guaduales», demostrando su amor por la música desde temprana edad.

Aunque nunca recibió formación formal en música, Fanór demostró ser un músico autodidacta con un oído excepcionalmente talentoso. Su madre fue un pilar fundamental en su desarrollo musical, alentándolo constantemente a seguir su pasión y explorar su potencial artístico.

A pesar de los desafíos y la falta de apoyo de algunos miembros de su familia, Fanór persistió con determinación en su búsqueda de expresión musical. Su infancia en el barrio Alfonso López de Cali sentó las bases para una carrera marcada por la pasión, la perseverancia y el amor por la música.

Formación y Encuentro con Grandes de la Salsa:

Desde sus primeros días, Fanór demostró un compromiso inquebrantable con la excelencia musical. A pesar de nunca haber asistido a una escuela de música formal durante su infancia en Cali, Colombia, dedicó horas a perfeccionar su afinación y a aprender sobre los matices de la música. Siempre atento a sus propios errores, se esforzaba por corregirlos y mejorar constantemente.

Su formación musical fue completamente empírica, aprendiendo mediante la imitación de otros artistas y prestando atención meticulosa a los detalles. Aunque le costó mucho entender conceptos como el tiempo en la música, su perseverancia y dedicación lo llevaron a desarrollar un estilo vocal único y distintivo.

Cuando Fanór se mudó a Nueva York y comenzó a trabajar como taxista, aprovechó cada momento libre para seguir practicando su arte, incluso desde el interior de su automóvil. Con el tiempo, se dio cuenta de que muchas de las grandes orquestas de salsa visitaban la ciudad, y se propuso acercarse a ellas y hacerse un lugar en la industria musical.

Su encuentro con Tito Gómez fue un punto de inflexión en su carrera. Tito le brindó la oportunidad de formar parte de su orquesta, permitiéndole demostrar su talento como cantante de primeras voces y contraltos. Fue en este contexto donde Fanór comenzó a destacar y a ganarse el reconocimiento de la escena musical de Nueva York.

Durante este período, Fanór tuvo el privilegio de conocer a Jerry Galante, quien, como gesto de agradecimiento por un favor, le obsequió los acordes que más tarde se convertirían en «Mi Eterno Amor». Este encuentro fue el punto de partida de una colaboración fructífera que marcaría el inicio de su carrera como solista en la industria de la salsa.

«Si hay Talento, tarde o temprano triunfarás»

Tito Gómez

Compromiso con la Música y el Futuro:

Fanór se dedica por completo al arte de crear nueva música en el 2024, prometiendo seguir deleitando a los amantes de la salsa con su talento y sabor inigualables. Su pasión, dedicación y vocación artística lo posicionan como una figura prominente en la escena musical, destinado a dejar una marca indeleble en la historia de la salsa romántica.